Transcurría e año de 1962, para ser más exactos en el mes de junio y sin saberlo, María Teresa, esposa del español Antonio Punyed, realizaba en España Cursillos de Cristiandad, que por supuesto iba a ser de eficaz soporte al trabajo apostólico que significo la realización del primer cursillo de Cristiandad. Por estas fechas la gracia de Dios, llevo hasta España al Padre Inocencio Alas, quien fuera invitado a vivir Cursillos en Terragona.
Al regresar de vivir su cursillo en España el Padre Inocencio Alas, contactó al hno. Antonio Punyed quien estaba recién casado y residía en la ciudad bella de Sonsonate ya era coda del destino y los compromisos temporales, estaba acá trabajando en la Cooperativa ganadera la Salud.
Se juntó con el padre Inocencia Alas y luego de mucho trabajo, de incesantes oraciones y muchos sacrificios, en el mes de noviembre de l27 al 30 del año 1962 que los cursillos de Cristiandad vieron la luz de la gracia y brillaron sus colores en el cielo salvadoreño, de lo que son testigos muchos hombres y mujeres, sacerdotes y seglares.
Los cursillistas identificamos primero el ambiente a evangelizar, dentro de ellos ser capaz de influir en ese ambiente; para luego de ser evangelizado por medio de un cursillo de cristiandad regrese a ese mismo ambiente a transformarlo en cristiano, a través de lo fundamental cristiano.
Evangelizando mediante nuestro metro cuadrado, el primer ambiente que es nuestra familia, trabajo, estudios, en cada lugar que estemos inmersos.
El carisma es el que inspira “Un instrumento para anunciar el Evangelio en nuestro tiempo, para que los hombres se conviertan a Cristo, para que se salven las almas y para que sobre todo en la tierra haya paz en la verdad y la caridad.
¿Quienes somos?
Somos un Movimiento reconocido por la Iglesia Católica Romana.
Su nombre proviene de la palabra castellana cursillo
y es una abreviatura
de la expresión
Cursillos de Cristiandad.
Sin embargo, no se trata
de un curso teórico,
ni de un retiro espiritual.
Es ante todo una
experiencia de vida.
Una experiencia formidable que consiste en el descubrimiento de lo fundamental cristiano,
para mejor vivirlo
